El ácido hialurónico (AH) es una sustancia viscosa y elástica que está presente de manera natural en el cuerpo humano, fundamentalmente en la piel, el humor vítreo del ojo y las articulaciones, y concentrada en el líquido sinovial y en los cartílagos.
Se trata de una larga cadena polisacárida que, por un lado, interviene en el mantenimiento de la elasticidad y el tono de los tejidos; y, por el otro, mejora las propiedades biomecánicas de la piel y regula sus niveles de hidratación
El descubrimiento del ácido hialurónico se debe a Karl Meyer, un farmacéutico alemán que consiguió aislar esta sustancia por primera vez en 1934 dentro de sus trabajos en el Laboratorio de Oftalmología de la Universidad de Columbia.
Sin embargo, fue el científico húngaro Endre Balasz quien logró determinar sus posibles usos e identificar sus beneficios. Balasz se implicó durante décadas en el desarrollo del ácido hialurónico como producto médico y estético, y en los 60 ya había comprobado su eficacia en el tratamiento de la artritis.
En el campo de la cosmética, el ácido hialurónico comenzó a utilizarse en 1996 por su altísimo poder hidratante: el ácido hialurónico es capaz de retener un volumen de agua de hasta 1.000 veces su peso.
El ácido hialurónico es una sustancia que se encuentra de manera natural en nuestro organismo. En efecto, pertenece al colágeno que se encuentra en nuestra piel. Ayuda a mantener la piel hidratada y con una textura jugosa. Sin embargo, debido al paso de los años, la presencia de esta sustancia va disminuyendo considerablemente.
Especialmente a partir de los 35 años, la forma de nuestro rostro comienza a cambiar, precisamente debido a la pérdida de producción de ácido hialurónico en la piel. De esta forma, notamos cómo nuestra piel y el tejido más sensible como el contorno de ojos pierden firmeza y volumen. Además, esto conlleva a la aparición de arrugas, así como un envejecimiento de la piel y un acentuamiento de las lineas de expresion. Una de las principales propiedades del ácido hialurónico es su capacidad de mantener hidratada la piel: retiene el agua en la epidermis, es decir es como si actuase con un efecto relleno. En gran parte gracias a esta característica, es por lo que el ácido hialurónico se ha convertido en uno de los ingredientes estrella para cremas y tratamientos antiedad.
Por lo general, se piensa que la aplicación del ácido hialurónico en nuestra piel solo se puede hacer mediante cirugía. Sin embargo, la cosmética ha avanzado mucho. A día de hoy, ya no es necesario recurrir a tratamientos internos para mejorar nuestra piel. Si te gusta los efectos de este producto pero no quieres hacerte un tratamiento médico, debes saber que existen cremas maravillosas que nos darán resultados profesionales.
PARA QUÉ SIRVE EL ÀCIDO HIALURÓNICO?